Curioseando en la cultura castrexa: la caetra (II)

noviembre 11, 2014
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A pesar de los tiempos que vivimos, la moneda, llámese euro, peseta o real, es el medio de pago más común desde que tenemos memoria.

Ahora bien, si pensamos en la cultura castrexa y en el día a día de los habitantes de los castros; ¿cómo harían para saldar las deudas o para comprar los novedosos productos que venían del Mediterráneo? ¿Emplearían ya algún tipo de moneda?

Lo que sabemos hasta el momento es que, hasta la llegada romana, la actividad comercial en el mundo castrexo no se basaba en un sistema monetario, sino en el trueque de unos productos por otros. Será hacia el fin de la Edad de Hierro cuando se empiece a tener constancia, en diferentes castros del noroeste peninsular, de la circulación de moneda.

Esta circulación va asociada, en un primer momento, a los destacamentos militares, a las extracciones mineras y a la propia administración. Será en el s. II d.C. cuando la moneda se establezca definitivamente como medio de cambio en las transacciones comerciales, imponiéndose al sistema de trueque y extendiéndose por todo el territorio castrexo.

De dónde provienen estas monedas, ¿se harían aquí? Las cecas de procedencia de estas monedas solían estar en lugares alejados del noroeste (por ejemplo en la zona del Valle del Ebro y Mérida); no obstante, existe una excepción: la conocida como moneda de la caetra.

Hace apenas un par de semanas hablábamos en este blog de la caetra. Como decíamos, este escudo típico de los pueblos de Iberia, aparece representado en unas monedas acuñadas en el noroeste peninsular en época de Augusto. Precisamente por llevar en su reverso una representación de este escudo, se denominan monedas de la caetra.

caetra

Dupondios de San Cibrao de Las. Fotografía del Museo Arqueológico Provincial de Ourense.

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En el castro de San Cibrao de Las, apareció una de estas monedas en el interior de una construcción. Se trata de un dupondio (moneda romana con el valor de 2 ases o ½ sestercio) en bronce. En el anverso se representa la cabeza de Augusto mirando a la izquierda, entre caduceo (atributo del dios Mercurio) y palma; y en el reverso, el escudo o caetra, cruzado por dos soliferrea (lanza hecha en hierro de origen hispano) y a ambos lados una falcata (espada característica de los iberos) y un puñal. En función de los títulos de Augusto que aparecen en la moneda (Imperator, Augustus y Divi), se dataría entre el año 27 y el 23 a.C.

Resulta curioso que hayan escogido para el reverso de una moneda romana la caetra, ¿verdad? Se piensa que podríamos estar ante un símbolo de la conquista del norte peninsular y del acatamiento a Roma bajo Augusto, ya que representa el armamento de los pueblos que fueron dominados. Nada se deja al azar y menos si se trata de representar el poder de Augusto más allá de Roma.

Desconocemos la localización exacta de la ceca donde fueron acuñadas estas monedas, pero las últimas evidencias apuntan a que se encontraría en Lugo; aunque también pudiera haber talleres itinerantes o de campaña.

Fuese cual fuese su origen, lo cierto es que las monedas de la caetra conforman la primera de las escasas acuñaciones que se realizarán en este territorio y en San Cibrao de Las se encontró el testimonio de su existencia.