El noroeste peninsular, territorio galaico y marco de la cultura castrexa

septiembre 30, 2014
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El cabo Nerion (Finisterre), el río Lethes (Limia), el Minion (Miño), el Puerto de los Ártabros (las Marinas Coruñesas)…son algunos de los elementos naturales que mencionaron los geógrafos antiguos cuando escribieron sobre la tierra situada al otro lado del Duero. Este territorio, el de los galaicos, es el espacio geográfico en el que se desarrolla la cultura castrexa.

Las fronteras hacia el Norte y el Oeste están delimitadas por el Océano Atlántico, hacia el Sur por el Duero; y en el lado oriental, el límite lo marcan el río Navia y las cadenas montañosas que unen la Sierra del Rañadoiro (Asturias) con la tierra de Tras-os-Montes (Portugal).

Cuando llegaron los romanos al extremo noroccidental de la península se encontraron con una región bastante accidentada y mal comunicada. No obstante, a pesar de considerarlo un territorio agreste y poco hospitalario, la abundancia de metales como la plata, el estaño, el oro y el hierro, despertó su interés en estas tierras.

Las bandas montañosas, la extensa red fluvial así como la amplia zona litoral, son los principales factores que caracterizan el paisaje de la cultura castrexa. Una visita al Centro de Interpretación del Parque Arqueológico nos ayudará a comprender non solo cómo los castrexos transformaron este paisaje y domesticaron su entorno; sino cómo la geografía condicionó el asentamiento y los modos de vida de estas sociedades.

Así, la tipología de los castros depende en gran medida de la localización de los recursos, de los pasos naturales, de las rutas de comunicación… tanto es así que basta con observar el terreno para percatarse de que un castro de los montes de Lugo será muy diferente a otro situado en la costa de Pontevedra.

San Cibrao de Las

Un grupo de visitantes observando el entorno de la “Ciudad” de Las.

¿Cómo es el territorio en el que se asienta la “Ciudad” de Las? El castro de San Cibrao de Las es un castro de interior, construido sobre un afloramiento granítico y rodeado de importantes recursos mineros (oro y estaño principalmente).

Está situado en uno de los puntos más elevados de la zona y desde el recinto superior –croa- se tiene un amplio control del entorno, sobre todo de la cuenca del río Barbantiño. Cerca tenemos San Trocado y el castro de Ourantes, sin olvidar que también se avistan otros castros como el de Santa Ádega y el de Trelle. Tampoco se nos escapan la Sierra de San Mamede, las estribaciones de la Sierra de Faro y el reborde occidental de los Chaos de Amoeiro.

San Cibrao

Vista del castro de San Trocado desde la croa de San Cibrao de Las.

Sin duda, las vistas que se disfrutan desde la croa son uno de los mejores recuerdos que se puede llevar de la visita al yacimiento de San Cibrao de Las, ¡no deje de experimentarlo!