Un día de verano en el Parque Arqueológico de la Cultura Castrexa

¿Es de los que piensan que los días de sol y calor existen solo para ser aprovechados en la playa? Pues nada más lejos de la realidad, la visita al castro de San Cibrao de Las no es solo una alternativa al tiempo cambiante del verano gallego, sino que constituye una opción en si misma.

En el centro somos conscientes de que los visitantes que se acercan al castro vienen en busca de experiencias que complementen y satisfagan su tempo de ocio. Así, desde familias hasta parejas, pasando por grupos de amigos, excursionistas y el visitante que prefiere gozar en soledad del castro, todos tienen aquí su espacio y nuestra dedicación.

¿Cómo vivían los castrexos? ¿Qué comían? ¿Cómo vestían? ¿Cuántos vivirían en el castro? ¿A qué dedicaban su tiempo? ¿Qué pasó cuando llegaron los romanos? Estas preguntas y muchas otras encuentran respuesta en el Parque Arqueológico. Nuestro objetivo primordial, por lo tanto, es la difusión del patrimonio histórico, arqueológico y natural; proporcionando al público las claves para comprender la cultura castrexa de una manera amena y didáctica, pero sin perder nunca el rigor científico.

¿Qué hacer entonces en un día de verano en el Parque Arqueológico de la Cultura Castrexa? Al visitante que llega al castro de San Cibrao de Las lo acogemos y le informamos en el punto de recepción de todas las actividades que puede realizar durante una jornada habitual: visitas guiadas al área arqueológica, visita a la exposición estable sobre la cultura castrexa y a la sala de exposiciones temporales. Ofrecemos también la posibilidad de organizar una jornada completa en el Parque Arqueológico ya que, llamando previamente, es posible combinar estas visitas con talleres de diferentes temáticas (evolución del fuego y de la práctica de la caza, simbología castrexa, epigrafía de la contorna, un cuentacuentos para los más pequeños, etc.). Estas actividades hacen que la visita al castro sea una vivencia aún más enriquecedora y dinámica.

Actividades en el PACC. Un grupo de familias participando en una visita guiada por el castro de San Cibrao de Las.

Además, el contacto con la naturaleza, compartir con los amigos y con la familia, sentir la tranquilidad y la ausencia de prisas, la posibilidad de disfrutar de un relajante café o de un refresco en la terraza mientras contemplamos el castro… esas pequeñas cosas que, junto con lo anterior, hacen que un día en el castro valga la pena y se convierta en una experiencia significativa que recordar con una sonrisa.